6/7/13

El juicio por jurados es oscurantista

Por Argentina sin Juicios por Jurado

Jueces vs. jurado = Ciencia vs. ignorancia

El derecho penal es una ciencia apasionante y bien compleja que ha ocupado siglos de arduo y fecundo estudio. Poco se aprende de ella con la mera lectura del código penal o escuchando un par de instrucciones brindadas por los jueces a los jurados populares.

Es natural que los procesalistas de poca monta defiendan el juicio por jurados porque saben poco y nada de la “teoría del delito, o directamente no les interesa su estudio. Olvidan (o quieren olvidar) que el derecho procesal es un derecho de forma (ciencia subordinada), cuya única, verdadera y excelsa finalidad es aplicar el derecho de fondo (ciencia principal) para que impere la justicia en la sociedad.


Con el juicio por jurados se atenta contra la ciencia penal de fondo, porque la teoría del delito se transforma en algo inútil (que no conocen los que juzgan) y, de este modo espurio, las formas y los ritos (y no la ciencia penal) es lo único que queda. La justicia penal se convierte en una cáscara sin contenido: es puro proceso. ¡He aquí el sueño de los procesalistas mediocres!


Los especialistas en derecho de fondo (junto con los procesalistas de fuste) repudian enérgicamente el retrógrado sistema de juzgamiento a través de jurados. Ellos saben que si juzga cualquiera, a la larga o a la corta se muere la ciencia penal y, con ella, los beneficios de la civilización.


¿Alguna vez se ha visto un libro de “teoría del delito” escrito en Reino Unido o en EE.UU.? Por supuesto que no, porque en esos países no existe la ciencia penal, ya que fue abortada por el juicio por jurados mucho antes de poder nacer.


Toda la cuestión se trata, en última instancia, de la eterna lucha entre la luz y la oscuridad, entre la ciencia y la ignorancia, entre la civilización y la barbarie, entre la razón y la irracionalidad.


Los jueces estudian la “teoría del delito” para poder impartir justicia mediante el uso de los valiosos conocimientos que brinda la ciencia penal. Así es como el saber se pone al servicio de la justicia. No es otra cosa que el iluminismo en su estado más puro. Se trata de la incansable vocación humana de evolucionar a través de la ciencia para lograr cada día una sociedad más sabia, justa y civilizada.


Los jurados, en la vereda opuesta, carecen de la preparación y experiencia necesaria. Esa inexperiencia y falta de conocimientos se pone al servicio de la injusticia. El imperio de la inexperiencia y falta de conocimientos es oscurantismo puro y del peor. Es el retroceso de la ciencia. Es una lamentable involución para la sociedad. Es el fracaso de la civilización.

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